La tensión vuelve a las calles de Kíev tras varios días de calma. Una calma que la jornada del 18 de febrero se transformó en una ola de violencia convirtiendo este día en el más sangriento desde que empezaron las protestas. Todo empezó cuando 2000 opositores se saltaron el cordón de seguridad del Parlamento e intentaron asaltarlo. La policía intervino y se prendió la mecha. Los activistas lanzan cócteles molotov a los uniformados y asaltan la sede del partido del presidente Yanukóvich.
Sin apenas perder tiempo todo se organiza de nuevo en las calles de la capital. Se refuerzan las barricadas que nunca abandonaron el centro, la oposición se blinda en Maidán, queman camiones, neumáticos… el humo negro hace acto de presencia y todo se prepara para la batalla campal de la que va a ser testigo la ciudad.
Empiezan a darse a conocer las primeras muertes. Como respuesta, al caer la noche la Policía asalta Maidán. Y empieza la lucha cuerpo a cuerpo, a sangre y fuego. De nuevo, los manifestantes lanzan cócteles molotov contra los uniformados, ellos responden con cañones de agua. Todo acompañado por el sonido de los disparos, explosiones, humo y llamas que dejaron imágenes como estas.
La Plaza de la Independencia (Maidán) en llamas (Sergei Supinsky, AFP)
La Plaza de la Independencia (Maidán) en llamas (David Mdzinarishvili, Reuters)
Los manifetantes lanzan cócteles molotov contra la policía (Andrew Kravchenko, Reuters)
Así amanecía Maidán después de la noche de altercados (Egor Piskunov, RT English)
El presidente se reúne con los líderes de la oposición pero de nada sirve. Ya de madrugada, parece que vuelve la calma, aunque todos guardan posiciones.
Recordemos que todo empezó en el mes de noviembre del año pasado cuando el presidente Víktor Yanukóvich daba a conocer que paralizaba el acuerdo de asociación con la Unión Europea. Una decisión que no fue del agrado de la oposición. Sin embargo eso fue sólo el principio de un conflicto en el que pronto cambiaría el objetivo. Y es que lo que empezó como el descontento por esta decisión evolucionaría y tendría otros intereses: derrocar al gobierno para unos, mantenerse en el poder a toda costa para otros… llegando al punto, incluso, de hacer que esa anhelada asociación con la Unión Europea se haya quedado en el olvido dejando paso a una batalla por el poder en la que se eleva la dimensión de las protestas. Unas protestas, que todo hay que decirlo, nunca llegaron a tener la virulencia que vimos en la jornada de ayer.
Esto me lleva a preguntarme. ¿Por qué precisamente en ese momento? ¿Por qué ahora que todo parecía estar tranquilo? ¿Qué es lo que hace que se prenda la mecha? Son sólo algunas de las muchas preguntas que tendrán muchas respuestas pero seguramente nos quedaremos sin saber cuál es la real. Hasta ahora, lo único que es real es que 26 personas han perdido la vida, algo que no tiene vuelta atrás.